Actividades para trabajar la lectura en infantil
Actividades de lectura
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No hay una única manera de enseñar a leer a los alumnos más jóvenes. Aprender a leer es un proceso de desarrollo que lleva tiempo. Cada niño aprende de forma diferente, por lo que es importante incorporar diferentes estrategias de enseñanza para mantener su atención y su interés por aprender.
Enseñar a los alumnos a leer no tiene por qué consistir siempre en lecciones formales u hojas de trabajo. De hecho, a veces las mejores lecciones se aprenden cuando los niños ni siquiera se dan cuenta de que están aprendiendo. He aquí algunas ideas prácticas que puedes incorporar al aula para ayudar a tus alumnos a convertirse en lectores independientes.
Los niños son curiosos por naturaleza. Mostrar diferentes palabras y letras por el aula anima a los alumnos a hacer preguntas sobre las palabras y a aprender sin siquiera darse cuenta de que están aprendiendo. Pruebe a etiquetar objetos del aula como ventanas, puertas, sillas y pizarras, o a fijar en la pared palabras como “negro”, “rojo” y “azul”, con la letra de ese color. Los niños aprenderán a asociar las palabras con los objetos que ven.
Actividades de lectura divertidas para el jardín de infancia
Muhs subraya la importancia de construir el marco de la alfabetización en preescolar e incluso antes. “Si empezamos pronto y nos basamos en la experiencia del niño a medida que crece, no sólo será capaz de leer y escribir, sino que le encantará hacerlo”.
Se entiende la importancia de mezclar las actividades de aprendizaje preescolar con la diversión y los juegos habituales, pero ¿quién dice que no se pueden hacer las dos cosas a la vez? Hemos buscado en Internet las mejores actividades de alfabetización para niños en edad preescolar para añadirlas a tu arsenal.
La clave para inculcar el amor por el aprendizaje a los más pequeños es disfrazarlo con mucha diversión. Guarda esta lista para un día de lluvia, y siempre tendrás una actividad entretenida y educativa lista cuando la necesites.
Esta actividad de preescolar sugerida por Fun Learning for Kids combina las letras con los deportes. Coge una pila de vasos de plástico y escribe una sola letra en cada uno. A continuación, pon los vasos en fila, separándolos un poco. Dale a tu hijo un pequeño balón de fútbol (o cualquier pelota blanda) y pídele que patee la pelota hacia los vasos con letras. Cuando derriben un vaso, indíquele que diga el nombre de la letra que aparece en el vaso. Para una versión más avanzada, diga primero una letra y vea si puede apuntar a la taza correspondiente.
Actividades de lectura divertidas
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Tu hijo ya ha aprendido a ir al baño, duerme toda la noche y puede coger una pelota. Pero ahora te preocupa la siguiente cosa importante que hay que enseñarle: aprender a leer. Te preguntas si ya es hora. Y, además, ¿qué se supone que debes hacer? Este tipo de cosas requieren profesionales, formación, experiencia… ¿verdad?
No importa lo que digan tus vecinos (ya sabes, los del genio de 4 años), tu hijo desarrollará el interés por la lectura a su propio ritmo, en algún momento entre los cinco y los siete años. Cuando esto ocurre, también lo hace la magia. Es decir, cuando tu hijo esté realmente preparado para aprender a leer, lo hará. (A no ser que haya un problema de aprendizaje.) Presionar a tu hijo antes de que esté preparado no funcionará y, de hecho, puede resultar contraproducente, dando lugar a un niño que se resiste a leer con todas sus fuerzas. (Entre otras consecuencias).
Actividades de lectura para estudiantes
El examen de la relación longitudinal entre la lectura independiente de los niños y las prácticas de alfabetización en el hogar se ha limitado a un único estudio que mostró que la lectura compartida por los padres en el jardín de infancia predijo los informes de los niños sobre la lectura independiente por placer en el cuarto grado después de controlar la educación de los padres, las habilidades tempranas del jardín de infancia, la lectura del primer grado, así como la comprensión de la lectura del cuarto grado (Sénéchal, 2006). En cambio, la enseñanza de los padres en el jardín de infancia no predijo la frecuencia de la lectura por placer. Uno de los objetivos de la presente investigación fue investigar las asociaciones recíprocas entre las actividades de alfabetización de los padres en el hogar y la lectura independiente de los niños. A diferencia de Sénéchal, que evaluó la lectura independiente sólo en el cuarto curso, en el presente estudio la lectura independiente se midió al final de los cursos primero y segundo. La justificación fue que, dada la transparencia del finlandés, los niños podrían convertirse en lectores autónomos antes (Lerkkanen et al., 2004) que en lenguas opacas como el inglés o el francés. Además, esta autonomía temprana podría predecirse no sólo por la lectura compartida, sino también por la enseñanza de los padres.