Maltrato infantil en colombia

Abuso sexual infantil en Colombia

La Fiscalía General de la Nación anunció los cargos el 8 de septiembre tras varios meses de investigación a Hernán Giraldo Serna, alias “El Taladro”, ex comandante del llamado Bloque Resistencia Tayrona de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

“Las pruebas recopiladas por la Fiscalía General de la Nación indican que al menos cuatro menores fueron explotados y engañados para ir a los centros de detención ubicados en los departamentos de Antioquia y Atlántico, donde Giraldo estuvo detenido entre febrero de 2006 y mayo de 2008”, dijo la fiscalía.

Es importante destacar que la Fiscalía General de la Nación dijo que se trataba de crímenes de lesa humanidad, una distinción que podría abrir la puerta a procesar a otros criminales de guerra por delitos similares. Giraldo también fue acusado de agresión sexual violenta, tráfico de personas y aborto forzado.

La designación de los actos de violencia sexual de Giraldo como crímenes de lesa humanidad es significativa porque al designar esto como un crimen de guerra, está diciendo que no hay prescripción para tales delitos.

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El Área de Responsabilidad de Protección de la Infancia (ARP) se activó en Colombia en marzo de 2020 para facilitar una respuesta humanitaria sobre la protección de los niños, niñas y adolescentes contra todo tipo de violencia, abandono, explotación y abuso en contextos de emergencia como el conflicto armado y la violencia, así como los desastres naturales. La función principal de la AdR es facilitar y garantizar la protección de los niños, niñas y adolescentes afectados por todo tipo de emergencias, lo cual es fundamental para la respuesta humanitaria de las autoridades nacionales y de todos los actores de la arquitectura de coordinación humanitaria.

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La Encuesta de Violencia contra la Niñez y la Juventud (VACS) de 2019 informó que el 41% de las niñas y el 42% de los niños en Colombia habían experimentado algún tipo de violencia en la infancia.* En respuesta, Colombia tomó una serie de medidas para priorizar el fin de la violencia contra los niños, y se convirtió en un país Pathfinding en agosto de 2019 cuando el presidente Iván Duque lanzó la Alianza Nacional para poner fin a la violencia contra los niños, una plataforma multisectorial que vincula a varios organismos gubernamentales. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) fue designado como el ministerio de enlace para liderar el desarrollo de un plan de acción nacional basado en la evidencia y con costos que reduciría la violencia infantil en un 14,3% para 2022.

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En 2020, se desarrollaron dos pasos críticos para ayudar a aterrizar el plan de acción nacional. En primer lugar, la Alianza para poner fin a la violencia colaboró con el proyecto HEARD de USAID, Together for Girls, CDC, UNICEF y la Universidad de Los Andes para apoyar al gobierno de Colombia en la alineación de sus planes de acción con las necesidades identificadas en el VACS y los talleres.

Llevar la curación a los niños de las calles de Colombia

Los psicólogos evolucionistas afirman que los padrastros perpetran una cantidad sustancialmente mayor de abusos físicos a los niños que los padres genéticos, y que lo hacen porque están menos comprometidos con los hijos genéticos. El objetivo de este estudio fue examinar estas afirmaciones investigando si, y por qué, los padres de una muestra colombiana abusaban físicamente de sus hijastros más que sus hijos genéticos. Los padres (N = 86) y sus parejas que vivían en Bogotá fueron entrevistados por Klevens et al. La mitad de los padres habían sido denunciados a las autoridades por maltrato físico infantil, la otra mitad eran controles emparejados. Se realizó un análisis secundario de los datos de Klevens et al. Se probaron las hipótesis de los relatos evolutivos y ecológicos del maltrato infantil mediante regresión logística y ordinal. Tanto la prevalencia como la frecuencia del maltrato físico por parte de los padrastros fueron considerablemente mayores que las de los padres genéticos. Varios indicadores de adversidad -incluyendo la juventud de los padres y la experiencia de maltrato, el estrés crónico de los padres y la escasa comunicación de las madres con el niño- se asociaron tanto con el maltrato como con la padrastro o la madrastra. Los modelos que incluían estas variables indicaban que explicaban gran parte de las mayores tasas de maltrato de los padrastros. En consonancia con la cuenta ecológica, gran parte de la mayor prevalencia y frecuencia de abuso de los padrastros en esta muestra es probable que haya resultado de las variables de confusión, en lugar de la relación de paso per se.

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